Thursday, October 12, 2006

Se busca psicoanalista (precio a convenir)

Dos sueños extraños que he tenido estas últimas noches. Os los cuento y me comentáis, aunque advierto que más vale que vuestras tarifas resulten asequibles.
Sueño a): Flechas
(Debéis saber que estoy leyendo El Rey Transparente, de Rosa Montero, la historia de la campesina Leola que para rescatar a su prometido se hace pasar por guerrero... Así que entra en juego la sugestión). Estamos sitiados. No reconozco el sitio, a veces da la impresión de que estamos en un castillo y otras juraría que nos protege la cúpula de una iglesia. Hay soldados y no parece importarles que yo pulule por ahí. No sé bien por qué estoy aquí ni lo que se espera de mí. De pronto suenan las trompetas y todo el mundo corre a protegerse. Yo encuentro refugio bajo un arco. Lo comparto con una chica muerta de miedo. Alzamos la vista y vemos llover las flechas sobre el muro de enfrente. Cuando amaina la lluvia, sé que estoy herida (¿cómo? Es imposible desde donde estoy y me doy cuenta de ello en el sueño - soy analítica y racional hasta para lo onírico). Justo debajo o encima del ombligo. No duele. Miro sin histerismos el agujero de donde mana la sangre, de un rojo muy vivo. Y ahí me despierto.
Sueño b): Extra en una película de los sesenta
Estoy en mi casa. Todo lo que me rodea -mobiliario, vestidos, objetos- parecen sacados de una película de Marisol. Una chica (¿amiga mía?) duda entre dos chicos, su novio formal -moreno, delgado, con un rostro extraño, intenso- y uno pelirrojo (¿pelirrojo?). Sigo la trama sin involucrarme. De pronto presiento que el novio va a buscar a la chica para asesinarla, delante de todos los chicos peinados a lo Beatle y las chicas con vestidos cortos de color pastel. Sé que tengo que hacer algo, adelantarme a él para avisarla, tratar de impedírselo. Entro y salgo de cuartos, cruzo pasillos, me encuentro con más extras de la película de Marisol. Esto es ridículo. Esta es mi casa y debería poder encontrar la salida, o encontrar a la chica y al pelirrojo donde sea que se hayan escondido. El novio también los está buscando. Me angustio, me sube el corazón a la boca, sigo buscando puertas. Y me despierto, con fuertes latidos y recriminándome por tener pesadillas tan kitsch.
Si tenéis tiempo libre y os animáis, contadme lo que os sugieren.

6 comments:

Anonymous said...

¡¡Te hemos dicho mil millones de veces que esnifar los gases sobrantes del desodorante mientras escuchas al Fari no puede ser bueno para tu cerebro!!


PD: cuando me venga la inspiración te comento algo sobre los sueños, ahora es que estoy un poco "pachá"

V said...

Jajaja... Vale, podrían ser el resultado de una intoxicación leve (sin la adición del Fari, por favor). Y ya sabes, espero con impaciencia tus sabias palabras.

Anonymous said...

Pues no se me ha ocurrido nada con respecto a tus sueños :( pero yo también he soñado cosas raras este fin de semana, y es raro porque hacía muchísimo que no soñaba algo con final trágico. Os comento.

El sábado por la tarde (sí, en algún horario tendré que dormir si no es por la noche) soñé que estaba en una cocina comiendo alguna chuminada. Estaba en una casa de campo, y la cocina era muy curiosa: alargada y con un escalón hacia la mitad, con lo cual los muebles estaban en dos niveles. No tenía mesa ni sillas, parecía hecha en una zona de paso. Yo estaba apoyado en la encimera comiendo alguna chuminada (¿¡gusanitos grises!?) y en un momento determinado se me cae uno al suelo (¿cómo? ¡si estaba comiendo encima de la encimera!) y me agacho a cogerlo del suelo. Resulta que se ha caído justo en la parte del escalón, en un hueco que hay entre los muebles de los dos niveles. En el suelo hay dos tizas grises, mucho polvo y suciedad (cuando el resto de la cocina está impoluta) y algo que parece cemento o masilla pastosa gris de la de pegar. En la siguiente imagen me meto a bañarme en el riachuelo que está cerca de la casa, un riachuelo que cuando me voy a meter tiene dos metros o así de ancho, y diez o veinte centímetros de profundidad. Bueno, pues yo me meto al agua pasando por un bloque de piedra de medio metro de ancho por metro y medio de largo aproximadamente, que está a un lado del río. Según dejo el bloque atrás y me sumerjo hasta el pecho (¿cómo si el río tenía 10 o 20 cm de profundo?) me empieza a llevar la corriente. Yo me agarro al bloque de piedra, consigo medio apoyarme en él pero la corriente arrastra al bloque (que cuántas toneladas pesará...) y a mí con él hacia la profundidad del río... me despierto cuando me ahogo.

Ayer, también por la tarde, soñé que vivía en un León futurista, en Eras de Renueva o más allá, pero por es parte. Vivo en una especie de macroedificio parecido pon las proporciones a uno de The English Cut, sólo que mucho más grande y de color blanco, y con la forma de cuatro patas gigantes cúbicas en las esquinas. Creo que algún edificio de París es así, ahora que me doy cuenta. Es de noche, y debajo de mi casa hay un centro comercial por el cual hay que pasar para salir del edificio, ya que la zona de escaleras y ascensores es común para todos. Salgo de él pero tengo que volver a casa, no sé por qué. Entonces subo un par de pisos peo por alguna extraña razón acabo siempre por un tobogán gigante que recorre dos laterales del edificio, y al final del cuál hay una chica subida a un trapecio, a la que observan un grupillo de jóvenes macarrillas de estos que usan sudaderas de 20.000. Por alguna extraña razón la forma de salir del edificio es que yo me agarre a esa chica una vez que se acaba el tobogán, si no los macarrillas me destrozan vivo. Consigo agarrarme a la chica y salgo del edificio.
Pero yo quiero entrar en mi casa, así que entro en el portal y llamo a los ascensores. Llega el ascensor de la izquierda, y al abrirse veo que está funcionando un mecanismo de autolimpieza consistente en rodillos gigantes que ocupan todo su espacio interno, rodillos similares a los de las máquinas de autolavado de coches, con la diferencia de que estos tienen una estructura metálica que si te metes dentro de destrozan vivo. Voy al otro ascensor, llega, se abre la puerta y tiene el mismo mecanismo de limpieza funcionando. Hay un empleado de la limpieza que me dice que esa es la forma de quitar toda la suciedad que deja la gente que va al centro comercial, o algo así. Me alejo del edificio recorriendo la explanada gigantesca que lo rodea, similar a las que hay en Basilea. Mi madre pasa por un carril que cruza la explanada y que conduce al garaje del edificio. Me subo en el coche, que juraría que era un Seat Fura (mi madre tuvo uno). Salimos de allí en dirección a la estación de tren para comprar mi billete a Bilbao. Pasamos por San Mamés (de Eras a la estación por San Mamés... eso es ir directos y lo demás es cuento!) hay un atasco monumental. Mai moder y yo empezamos a hablar sobre algún temaen concreto (no recuerdo cuál) y me despierto.

5:25, hora de sobar. Mañana más.

V said...

(Uf). Tratar de buscarles sentido me supera, pero Sun me pasó un link a una página web bastante curiosa en que explican el significado de los sueños arquetípicos. Y subrayo arquetípicos, porque...
¿Gusanitos grises?
¿Una chica en un trapecio?
¿Macarras con sudaderas caras?

Anonymous said...

Pega el link, please, que no sé donde lo he metido...

Anonymous said...

He tenido que buscar "arquetipo"... es lo que tiene relacionarme con gente tan culta :D:P

En mi caso esos tres arquetipos que marcas son curiosos ya que:

- Nunca como chuminadas
- La chica del trapecio me resultaba familiar, es más, juraría que era una chica que me gustó en el colegio...
- No soporto a esta nueva juventuzzZ que va de lo que sea, pero que tiene que ir de algo para sentirse autorrealizada. Y un ejemplo son los "grunjes" y "macarrillas", que mucho taco, mucha actitud y mucho fumeteo pero la ropa se la compra mami y nada baja de 10.000... o eso de "jo tía, qué fuerte soy y cuánta personalidad tengo: me he hecho un tatú!..." en fin.

Me suena haber hablado antes de lo del significado de los sueños, no sé si con Suna.