Wednesday, October 18, 2006

Que alguien me lo explique...

¿Por qué dependemos tanto de la opinión que merecemos a los demás?¿Por qué nos importa el qué dirán? ¿Acaso el hecho de que a una persona, o a varias personas, no les caigas bien va a cambiar el rumbo de tu existencia? Alguien que te mangonea o trata de hacerlo: ¿tiene complejo de superioridad o está encubriendo su propia debilidad? ¿Por qué el proceso de construcción de la identidad personal implica hacer lo posible, lícito o no, por que el otro nos devuelva la imagen de nosotros mismos que anhelamos? ¿Por qué a veces sentimos que no estamos a la altura de las circunstancias y otras veces nos decepcionan y nos hieren sin siquiera darse cuenta?¿Por qué hay días en que es todo tan gris y horrible (y no me refiero al tiempo atmosférico)?

5 comments:

Anonymous said...

Madre mia, esto es peor que el examen de lingUistica... Apunto las preguntas y las voy pensando por el camino, vale?

Anonymous said...

Lo que digan los demás (en especial aquellos que nunca intentarán ni si quiera conocerte realmente y que ante la más mínima oportunidad te utilizarán vilmente) es tan importante y trascendente como el hecho de tirar una revista al contenedor de reciclaje con la portada hacia arriba o hacia abajo. Es decir: importancia 0.
Hay gente (no personas, "gente") que piensa que te conoce, que incluso te aconseja o te ayuda a "matar el rato"... siempre y cuando no interfieras en algo que les afecte, porque entonces te machacan vivo. Es difícil saber si te van a dar una puñalada por la espalda, pero a base de puñaladas aprendes a ver de qué palo tira cada uno.
El "qué dirán" puede importar por el hecho de sentirte aceptado socialmente, pero una vez que te autoaceptas como "diferente" (yo ya me he aceptado como tal, años costádome ha), la verdad es que jugar con el "qué dirán" puede ser hasta divertido o entretenido según el caso. Insinuar algo, dejar que se corra la voz y pasado un tiempodejar al charlatán en envidencia delante de todos... no tiene precio. Para todo lo demás, MasterCard :D

Alguien que te mangonea o que intenta aprovecharse de tí muy claramente demuestra su debilidad:no tener capacidad ni determinación para conseguir las cosas por él mismo, entre otras muchas carencias psicológico-mentales.

A lo de que los demás nos den la imagen de nosotros mismos que anhelamos... pos hombre, a todos nos gustaría ser de una forma, más así o asá, pero aceptarnos tal y como somos con todos nuestros defectos, carencias, virtudes y estupendidades es fundamental. Cualquier proceso de construcción propia tiene que partir de uno mismo, nunca de los demás. Los demás pueden valer como punto de referencia, como pequeña ayuda, pero la base fuerte y consistente tiene que partir de uno mismo.

Siempre estamos a la altura de las circunstancias, ya que la forma de afrontar cualquier cosa depende también de nuestras propias circunstancias. Siempre podríamos haber hecho las cosas de otro modo o haber actuado de otra forma... bueno, pues eso nos queda para la próxima vez. A lo hecho, pecho. Y p'alante como los de Alicante! El pasado ya nada lo va a cambiar, así que lamentarse no vale de nada.

Lo de que te hieran sin darse cuenta suele ser porque:
- El sujeto en cuestión nunca te ha conocido realmente o se puede englobar dentro de la simple "gente", con lo cual no hay nada más que decir al respecto.
- Nos hemos creado demasiadas espectativas con respecto a esa persona en concreto. En estos casos y como suelo decir, lo mejor es afrontar la vida sin grandes espectativas, así todo lo que nos llegue sea grande o pequeño mucho o poco nos parecerá maravilloso :)

Los días grises y horribles se sobrellevan mejor si te fustigas un poco con L-Kan ;)

Anonymous said...

Ante opiniones de profesionales cualificados, creo que me queda poco que decir...

Anonymous said...

Bueno, bueno, ya será menos :P

V said...

Ya. Gracias. Ya sabéis que soy friki y lo llevo con orgullo (poyeya!), no iban por ahí los tiros, pero muchas gracias de todas formas a los dos por atender a mis desvaríos, sobre todo a ti, Doc, por el rapapolvo bienintencionado (me dan ganas de fotocopiarlo y ponerlo por aquí).