Thursday, December 21, 2006

Kill Wolf, Volume II

Aprovechando que no sé cuándo volveré a escribir, os dejo la segunda parte de la traducción para que os vayáis entreteniendo las primeras horas de vacaciones (para los afortunados que las tengan).

Las ristras de ajos ahuyentan a los vampiros. Un niño de ojos azules que nazca al revés la víspera de San Juan tendrá el don de la profecía. Cuando los aldeanos descubren a una bruja - alguna vieja cuyos quesos se curan mientras que los de sus vecinos no cuajan, o tal vez otra cuyo gato negro, ¡qué siniestro!, la sigue todo el tiempo, desnudan a la anciana y la examinan en busca del tercer pezón mediante el que alimenta a su familiar. Lo encuentran enseguida. Entonces la lapidan hasta que muere.
Invierno y frío.
Ve y visita a la abuela, que ha estado enferma. Llévale las pastas que he preparado para ella y un poco de mantequilla.
La niña buena hace lo que su madre le manda - un penoso camino de cinco millas que atraviesa el bosque; no te salgas del camino, recuerda que hay osos, jabalíes salvajes, lobos hambrientos. Ven, toma el cuchillo de caza de papá: sabes cómo utilizarlo.
La niña se protege del frío con una capa zarrapastrosa de piel de oveja, conoce el bosque lo suficiente como para no temerlo, pero sabe que ha de permanecer en guardia. Cuando escuchó el escalofriante aullido de un lobo, dejó caer la comida, sacó su cuchillo y se giró hacia la bestia.

Mirarse el "omblibito"

¿Mi blog, un espacio de denuncia? ¿Un vulgar antro de reunión virtual de críticos de los males de esta sociedad? ¿Mi blog? ¿Para qué?
Sincerémonos. Creamos blogs para mimar esa cicatriz (más o menos bonita dependiendo de la pericia de la comadrona) , el rastro del apéndice que nos unía a mamá... No voy a entrar en consideraciones freudianas.
A lo que iba. Aunque no creé este blog con esa intención, a veces me encuentro con situaciones que me desquician. For instance (lo siento, Doc, no puedo evitarlo, lo escribo según va saliendo), y aunque no pueda dar nombres, no me resisto a contaros la última.
Dramatis Personae: profesora de universidad, becaria que no ha perdido la fe en el espíritu humano (aún).
P: De modo que necesitas referencias para una solicitud.
B: Sí... ¿Has pensado en alguien?
P: Bien, veamos... Están X e Y, por su parte no habrá problema.
B: Genial.
P: Y la tercera... ¿Conoces a Z?
(La becaria pone el codo en la mesa y apoya la barbilla en la mano. Hace memoria)
B: Sí, claro. Z, la pareja de W (W es del mismo sexo que Z).
(La profesora tuerce el gesto y mira a la becaria con el ceño fruncido. La becaria está asombrada porque recuerda que en el Primer Acto W le presentó a Z como "su pareja").
P: No, no, te confundes. Z y W comparten una buena amistad, eso es todo.

La becaria se pasa la tarde recordando el momento en que se encontró con Z y W, tratando de hacer memoria. ¿La habrían engañado sus oídos? Días después se entera por oscuros medios que W y Z no sólo comparten amistad, sino un contrato legal celebrado en el Ayuntamiento. Y, aunque ella odie la palabra, literalmente alucina con la hipocresía de la gente. Y no la de la profesora en exclusiva, porque, ¿a qué viene el celo con que W oculta su relación? Es difícil evitarlo, pero ¿qué más da lo que piensen los demás?

Sed fieles a lo que sois. El infierno está lleno de personas que se traicionaron a sí mismas.

Monday, December 18, 2006

Cet air-là (la francesita)

CET AIR-LÀ

Quand ils sont longs les jours de pluie
Quand je suis seule quand je m'ennuie
Que dans un rythme monotone
Au fond de moi ton nom résonne

Il me reste cet air-là
Qui vient me parler de toi
Car en chantant cet air-là
Je ne peux penser qu'à toi

Lorsque tour à tour dans ma vie
Que je n't'ai pas vu de la semaine
Que je dis comme une litanie
À mon oreiller que je t'aime

Il me reste cet air-là
Qui vient me parler de toi
Car en chantant cet air-là
Je ne peux penser qu'à toi

Sur le triste quai d'une gare
Si un jour la vie nous sépare
Ou que ton cœur change de route
Moi j'aurai le mien en déroute

Il restera cet air-là
À jamais au fond de moi
Car pour toujours cet air-là
Parlera de toi et moi

Il restera cet air-là
À jamais au fond de moi
Et je sais que cet air-là
Te ramènera vers moi

April March (The Chick Habit). Si alguien averigua cómo conseguir el álbum, lo premiaré con su peso en chocolate, galletas o gominolas. Por cierto, francófonas desocupadas, recién licenciadas o de vacaciones, si tenéis media horita por ahí, por favor traducídmela.

Wednesday, December 13, 2006

Traducir me relaja

Lástima que no tenga mucho tiempo. Me voy a dedicar en próximas entradas a traducir una reescritura de Caperucita firmada por Ángela Carter (muy, muy libremente). Después de esto, la amaréis o la odiaréis (y a mí también). Cuando termine, copy and paste y voilá, tendréis el cuento completo (mi regalo de navidad). Intercalaré, por supuesto, toda angustiosa o irónica desventura que en dicho intervalo me suceda (¡pobres!).

El lobo
Es un país del norte; tiempo frío, corazones helados.
Frío; tormentas; bestias salvajes en el bosque. Es una vida dura. Construyen sus casas con troncos y el interior siempre está oscuro y apesta a humo. Una burda imagen de la virgen tras una vela tililante, un jamón colgado para que se cure con el humo, una ristra de setas secas. Una cama, un banco, una mesa. Vidas miserables, cortas y duras.
El Diablo es, para estos leñadores, tan real como tú y como yo, incluso más: a ti y a mí nunca nos han visto, ni siquiera saben que existimos, pero al Diablo alcanzan a verlo a menudo en los cementerios, esas ciudades de los muertos al tiempo tétricas y conmovedoras donde las tumbas se señalan mediante retratos de trazos casi infantiles de los fallecidos, sin flores que las decoren -porque allí las flores no crecen- así que en su lugar dejan pequeñas ofrendas como hogacitas de pan, a veces un pastel que roban los osos que se acercan desde los márgenes del bosque. Por las noches, en especial la noche de Walpurgis, el Diablo hace picnics en el cementerio a los que invita a las brujas. Entonces, como todo el mundo sabe, desentierran los cadáveres frescos y los devoran.

Carter, Angela. De The Bloody Chamber, Vintage 1985 (1979)

Saturday, December 09, 2006

Esto...

Ayer con la emoción (porque me encanta la crítica sobre los cuentos de hadas tradicionales y las versiones postmodernistas de los mismos, aunque no siempre esté de acuerdo con la visión de la crítica o crítico), olvidé un pequeño detalle (dijo el hada mala tras enumerar los dones que sus hermanas habían concedido a la Bella Durmiente): ¿qué cuento os marcó y por qué? ¿En la camita y con la luz apagada, os imaginábais un final alternativo? ¿Os inventaríais uno ahora?
Besos (maternales, los que os daban en la frente justo antes de arroparos).

Friday, December 08, 2006

Final alternativo

En uno de mis cursos de doctorado dedicamos unas doce horas a comentar el cuento "La Bella y la Bestia". Recuerdo que empezamos con la lectura psicológica; analizamos a la Bestia como hipertrofia de los caracteres masculinos -cuerpo velludo, voz atronadora, furia desbocada, autoritarismo-, también la imposición a Bella de someterse a todo y amar lo que al principio sólo le infunde rechazo y horror... Y el cuento cumpliendo con su función implícita de suavizar el shock que les espera a las niñas tras su boda de ensueño: el descubrimiento del cuerpo masculino y el sexo, que, en la época en que se escribe el cuento en su forma actual (puesto que bebe de fuentes más antiguas) se entendía como una experiencia traumática que las jovencitas debían vivir como un sacrificio (aunque la narradora dejaba una puerta abierta a la esperanza: al final la Bestia resultaba ser el más apuesto de los príncipes). Como colofón leímos una reescritura postomodernista del cuento, firmada por Angela Carter, que os recomiendo de corazón, y por tanto no os voy a destripar; basta con que sepáis que en lugar de una Bella sumisa y dócil, dispuesta a sacrificarse, esta Bella se comporta como una mujer adulta y madura (el contexto sensual y decadente, y sobre todo el final, cortan el aliento).

Bien. Como modo de conocernos mejor y establecer una dinámica de grupo, el primer día el profesor nos propuso que eligiéramos nuestro cuento favorito y explicásemos el porqué de nuestra elección. "My favourite tale is Little Red Riding Hood. Why? Because... Well, because..." Y ahí terminó mi intervención. Sabía que Caperucita Roja era mi cuento favorito, pero desconocía la razón. A lo largo de estos años he reflexionado sobre el tema (¿por qué malgastamos el tiempo pensando en la respuesta perfecta a preguntas enterradas en el pasado?) y creo que lo he descubierto: me encanta Caperucita Roja porque te anticipas al personaje. De niña disfrutaba sabiendo que el bulto bajo las sábanas de la abuelita, en la oscuridad de la cabaña perfumada de hierbas medicinales y miel, en realidad no era la abuelita. Y ese placer se intensificaba con cada segundo que Caperucita arañaba al cumplimiento de su cruel destino mediante observaciones insulsas (nunca, desde entonces, la estulticia ha vuelto a resultarme tan atrayente). En mi mente, Caperucita se entretenía hasta con el último, insignificante pelito de la barba de su "abuela". Y yo me retorcía, primero bajo la vista de mis padres, que seguro que se partían de risa, luego -bien pronto: la lectura me acompaña desde que recuerdo- sujetando el libro enorme con ayud de las rodillas, pensando que en cualquier momento, en cuanto mi madre recuperase el aliento o yo siguiese leyendo, el lobo iba a saltar de la cama, para sorpresa de la niña, y devorarla de un solo bocado, condenada a muerte hasta que el viril y sagaz leñador la sacase de la tripa de un tajazo.
Para ser fiel a la persona que soy ahora, siento que le debo otro final a Caperucita. Recordad, queridos niños que una vez fuisteis y seguís siendo en el fondo, que la tradición literaria oral la determinan los narradores (y no el negocio editorial).

Y el lobo se la tragó de un bocado. Caperucita descendió por el esófago y aterrizó sobre algo blando. Sabía que se encontraba en el estómago y alargó el brazo para averiguar qué le hacía compañía en tan estrecha e incómoda estancia. Otra mano se aferró a la suya con desesperación. Su abuela. Si no salían pronto de allí, ambas se ahogarían. Notó que la soltaba un instante para depositar algo en su mano. Por el tacto, Caperucita supo que se trataba de un pequeño cuchillo de cocina. Y entonces, con determinación y valentía, se abrió paso desde las entrañas del lobo al exterior. Ayudó a continuación a salir a su abuelita. Ante el espectáculo de la anciana y la niña cubiertas de sangre y tripas, un leñador que pasaba por allí no pudo contenerse y se retiró a vomitar a unos arbustos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Posibles críticas:
a) ¿Son Caperucita y su abuela inmunes a los jugos gástricos? Lo son (licencia poética);
b) ¿No me da pena el lobo? No. El lobo ha intentado comérselas.

Besos, queridos niños que una vez fuisteis y seguís siendo en el fondo.

Tuesday, December 05, 2006

Song of myself

I celebrate myself, and sing myself,
And what I assume you shall assume,
For every atom belonging to me as good belongs to you.
I loafe and invite my soul,
I lean and loafe at my ease observing
a spear of summer grass.

Creeds and schools in abeyance,
Retiring back a while sufficed at what they
are, but never forgotten,
I harbor for good or bad, I permit to speak
at every hazard,
Nature without check with original energy.

(Del Canto I)

Me celebro y me canto
Y lo que es mío también te pertenece
Porque que cada átomo de mi cuerpo es tuyo también
Malcrío mi alma
Me abandono a la indolencia observando
un tallo de hierba de verano

Queden en silencio escuelas y sectas
que han cumplido ya su propósito
-aunque no las olvidaré-,
soy la fuente del bien y el mal, por fin hablo
sin temor a represalias,
naturaleza desatada que desborda energía primordial.

Walt Whitman.
(Doble ración de egolatría, marchando). En serio, conviene quererse y celebrarse un poquito a uno mismo.

Cuesta tanto cambiar (tributo al egocentrismo)

Sufrí un bajón al cumplir los 26 (véase post del 28 de septiembre). 25 sonaba bien ("Se me supone cierta madurez, aunque todavía soy joven para que me disculpen la tontería", con la voz rasposa de Janis recordándome que "I'm twenty-five years older now"): tener uno más me hace sentir como si alguien me hubiese sacado a rastras de una fiesta y me hubiese dejado a las puertas de la Edad Adulta, con todas las responsabilidades que eso conlleva. Decidí entonces que una foma de afrontarlo bien podría ser tratando de enmendar mis defectos; a estas alturas, me doy cuenta que me va a llevar muchísimo más tiempo de lo que me ilusionaba pensar el día de mi cumpleaños. Pese a todo, no renuncio a mi empeño.
Bajo diez minutos a tomarme un café.