Wednesday, July 16, 2008

I Want to Be

El profesor apoya el codo sobre la mesa (más tarde descubrirá que su camisa oscura luce una codera blanca por culpa del polvo de tiza) y se masajea la sien derecha con el índice.

- ¿Que quieres ser qué?

Nunca se lo confesaría a su alumno, que lo observa sonriente, pero lo ha sentido como un puñetazo en la boca del estómago. Un chico inteligente, seguro de sí mismo, con vocación de líder. Antes de aprenderse los nombres de los estudiantes, a él lo había bautizado "el sindicalista". El chico está sentado en una mesa, ajeno a la decepción que en ese momento irradia su profesor.

- Mago. Quiero ser mago.

Tras su correcto español se deja oír la cadencia -extraña, musical- del polaco. El profesor se pregunta en qué momento se equivocó, si acaso es culpa suya que este estudiante tan prometedor quiera malgastar sus mejores años persiguiendo una vocación absurda. Se acaricia la barba de cinco días.

- Escucha, no quiero que me malinterpretes, pero, ¿tienes idea de la cantidad de gente que lo intenta y fracasa? No está mal como hobby, todo lo contrario... Aunque como medio de vida lo veo bastante...

El chico ha fruncido el ceño.

- Profesor, yo dedico varias horas diarias a practicar. Trabajo muy, muy duro. Y llegaré, porque la vida es justa.

¿Lo desengaño brutalmente ahora o espero a que la vida le cruce la cara de una hostia?, piensa el profesor (por supuesto nunca utiliza ese vocabulario con sus alumnos, pero se desahoga mentalmente varias veces a lo largo de sus clases). Ni siquiera la falta de fe en su sueño por parte de su profesor enturbia la mirada del chico, lo que despierta en él una vaga sensación de ternura.

- Solo te pido que no dejes de lado los estudios. Piensa que serán tu red si por la razón que sea no lo logras.

El alumno no ha entendido la metáfora, pero sonríe con indulgencia.

- Tengo un blog en que cuelgo mis trucos de magia. ¿Te lo enseño, profesor?

Se sienta frente al ordenador de la clase y teclea con soltura envidiable. El profesor reconoce su derrota, aunque sonríe mientras se inclina a echar un vistazo.
La página se carga con la lentitud habitual. Sobre fondo blanco empiezan a aparecer los títulos de las entradas: "Como hadivinar (Jesús, piensa el profesor) en que carta piensa el voluntario"; "Como hacer aparecer un as en el bolsillo de alguien del publico"; "Como..."

- Eh, un momento. ¿Y las explicaciones?

El chico lo mira sin comprender.

- Sí, das el título, pero, ¿dónde está la explicación de cada truco? ¡No has escrito nada!

- Profesor... ¿Qué clase de mago sería si revelara mis trucos?


(A. lo vivió, me lo contó y me inspiró. Como no me cansé de repetirle, "¡Es tan absurdo que resulta brillante!").

Wednesday, July 02, 2008

Si quieres...

... Que la Administración te haga sentir como un cero a la izquierda (por no escribir "mierda") ...
... Quedarte con la sensación de que no sabes leer documentos oficiales ...
... Recordar lo que es llorar de rabia e impotencia ...
... Que tu familia más cercana te repita constantemente "Con ese idealismo y esa buena voluntad no vas a llegar a ninguna parte"...
... Descubrir el lado oscuro de ciertas personas ...
... Vivir dos semanas con la incertidumbre de no saber si en menos de 24 horas tendrás que estar en una ciudad desconocida preparándote para un examen oral ...
... Entonces, ¡no dudes más! ¡Preséntate a unas oposiciones! (Ojo, no hace falta que estudiéis: para pasar el mal trago, basta con tratar de presentar todo lo que te exigen, todas las veces que te lo exigen, dentro de plazo -of course-, y hacer lo posible por aparecer a tiempo para las pruebas).
(Alístate y verás mundo, decían...).