De los entrevistados en una encuesta en EEUU, el 99.7% recordaba lo que estaba haciendo en el momento del atentado. Yo me acuerdo del calor, la luz del sol, la sensación de irrealidad, el olor a cloro todavía en mi piel, la comida en el plato, como si por un instante todo se hubiese suspendido; la voz de Àngels Barcelò (o Ángels Barceló) cuando el segundo avión impactó y creyó durante tres segundos que se trataba de la repetición de imágenes del primer choque. Aquel día todo cambió y durante unas horas los occidentales supimos lo que significaba estar al otro lado. Fuimos, por una vez, las víctimas de la incredulidad, el horror y la incertidumbre. Y en vez de reflexionar sobre por qué un hombre de treinta años no dudó en lanzarse en un avión con cientos de personas contra una torre con miles de ellas, nos involucraron en esta guerra sin sentido y sin visos hoy día de terminar.
¿Tenemos solución o tendrán (¿tendremos?) que extirparnos de la faz de la tierra como un cáncer?
Ayer regalaban con el periódico un DVD con el corto de Salvador Puig Antich (protagonista, Daniel BRÜHL... Este chico me persigue, y ojalá lo hiciese en el sentido literal del término) y como he decidido poner fin a mi etapa "Voy al cine para entretenerme, no para sufrir o pensar", la veré en cuanto vuelva de Italia (bittersweet, mixed feelings about going there). Ah, y la organización de las universidades españolas no dejará nunca de sorprenderme. Más en próximas entregas.
2 years ago
1 comment:
"Y en vez de reflexionar sobre por qué un hombre de treinta años no dudó en lanzarse en un avión con cientos de personas contra una torre con miles de ellas, nos involucraron en esta guerra..."
Ahí está el problema de todo, que la gente no piensa, ni quiere si quiera. Prefiere hacerse la victima o hacerse la fuerte... la gente es lerda y tonta, las cosas como son. Para acabar con las tonterías de seres desarrollados infantiloides tendremos que extirparnos de la tierra cual cáncer, no hay otra solución :/
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