Suena raro, pero tengo un primo genérico. Me di cuenta de las ventajas de tener un primo genérico cuando L se quejó de la cantidad de anécdotas mías que empiezan: "Mi primo...". La última vez que conté tenía dieciséis primos carnales y cuatro segundos con los que me llevo razonablemente bien, así que tener un primo genérico sin nombre ni edad determinadas a priori ahorra a quienes tienen que escuchar mis anécdotas un esfuerzo memorístico considerable. Mi primo genérico se mueve entre la adolescencia tardía y los treinta y muchos, está soltero, casado, vive en pareja y tiene novia desde los quince, tiene dos niños pequeños, no se plantea la paternidad a corto plazo, está felizmente embarazado, estudia, trabaja, es podólogo, ingeniero, está en el paro y nos preocupa su futuro, es reservado, extrovertido, tímido, divertido, tocó en un grupo, pasó un verano en Australia y quiere comprarse un coche.
But let's move to circumstances: el primo con el que tuve la siguiente conversación tiene veintitrés años, se prepara para ingresar en la academia de policía, es bastante reservado, y supongo que la gente se pregunta si realmente nuestras madres son hermanas, porque mide cerca de uno noventa y tiene hechuras de modelo profesional.
-Hola primo.
-Hola prima.
-¿Cómo lo llevas? Has pasado las pruebas físicas y el examen, ¿no?
-Sí... Me queda la prueba psicológica.
-Ahm. Dicen que ahí se cargan a mucha gente.
-Ya. Pero no me preocupa. Una cosa es lo que yo les cuente y otra lo que piense realmente.
-¿Cómo, cómo?
-Ya sabes... Yo me acerco a las personas y tengo mi propia opinión sobre ellas, pero si les trato con respeto, esa opinión no importa.
-A ver, explícate.
-Pues eso. Que al psicólogo le contaré lo que quiera oír y me guardaré mi opinión para mí.
-Pero vamos a ver, Genérico: a los psicólogos les preparan para que sepan cuándo les están mintiendo. Es su trabajo.
-¡Pero no será una mentira!
-Bueno, una doble verdad, si quieres. De todas formas, cuando dices que tienes "tu propia opinión" sobre las personas, ¿a qué te refieres?
-Yo veo un grupo de afroamericanos, ¿no? Y me acerco a ellos a preguntarles algo.
-¿Afro?... Americanos...
("Será que en Gijón, donde vive Genérico, hay una comunidad importante de afroamericanos")
-Sí, afroamericanos. Pues yo pienso para mí que están esperando a que vengan sus compañeros para extender la manta con los CDs, pero me acerco y no se lo pregunto directamente.
-[...] Oye, cuando dices "afroamericanos", ¿a quiénes te refieres?
-Joder, V. A los negros.
("...")
-¿Me puedes explicar por qué te refieres a los africanos negros como afroamericanos si en su vida han pisado América?
-Pues no sé...
-En todo caso, y si quieres evitar la palabra negro, di afroeuropeo. Pero, ¿afroamericano?
-No, si a mí también me parece raro... Pero es una palabra que utilizan mis profesores.
Jesús...
Nota: Cierto, M, no vale la pena detenerse a reflexionar sobre las "propias opiniones" sobre los africanos negros de Genérico. Será interesante comprobar si, de no haberse dado cuenta para entonces de lo retorcidamente racista de su razonamiento, pasa el examen psicológico.