Thursday, November 08, 2007

Redescubriendo viejas glorias

Mientras batía ayer noche los huevos para una tortilla francesa (¿el secreto? Batirlos a conciencia y tener una sartén lo más antiadherente posible), encendí la televisión, puse la Sexta... Y tuve un déjà vu semejante al del amigo Proust cuando mojó la magdalena en tila y el olor inundó sus fosas nasales retrotrayéndolo a la infancia. Wyoming, alzando los brazos y fingiendo horror ante la desfachatez de una subordinada en la parodia perfecta de un biempensante de pro, me devolvía a los domingos en que me atrincheraba en el sofá dispuesta a defender el mando con mi vida para disfrutar la hora larga del Caiga quien Caiga original. Los chicos de negro habían sido sustituidos por mujeres sobrias e inteligentes, pero el ritmo del programa me resultaba familiar. Wyoming y su colaboradora comentaban, tras esta larga introducción por la que me disculpo, la salida del historiador César Vidal en cierta cadena radiofónica cuyo nombre no pronunciaré porque, de hacerlo más de siete veces en este blog, todos los monstruos del Necronomicón abandonarán su cárcel de papel y acabarán con la raza humana (respetarán tu vida y la de Jiménez Losantos, lo que implica que pasarás el resto de tu existencia vagando por las ruinas de nuestra civilización en compañía de este personaje). El ínclito Vidal, con cuyas Biografías siempre tropiezo en la Muy Interesante (Isabel la Católica, una reina sin tacha, madre del Estado Español; Hernán Cortés, un brillante estratega que contribuyó a difundir la fe católica entre los antiguos mexicanos... And so on and so forth), se despachaba a gusto contra la ILGA ("International Gay and Lesbian Association") a propósito de uno de los carteles con que esta organización anunciaba su festival de cine en que aparecía el rostro de un niño con un termómetro en la boca (yo he visto el cartel y me parece de lo más inocente, el tipo de fotografía que podrías encontrarte en la planta de pediatría de un hospital). No le tembló la voz al señor Vidal al afirmar que el Consejo de la ONU había rechazado la solicitud de pertenencia de ILGA porque dicha organización cobijaba grupúsculos que abogaban por la legalización de la pedofilia, aberración que, en sus palabras, se insinuaba en la imagen que ilustraba el cartel.
ILGA-Europa tiene estatus consultivo en el ECOSOC (Consejo Consultivo Económico y Social) de la ONU desde 2006, señor Vidal, como se encargó de recordarle la compañera de Wyoming, aunque países como Egipto y Sudán, con la inestimable ayuda de (¡sorpresa!) los Estados Unidos, lideraron una campaña de desprestigio y radical oposición a la entrada de grupos de defensa de los derechos de personas homosexuales, bisexuales y transexuales.
Sigamos la senda que nos marcan el señor Vidal y sus colegas: convirtamos España en una sociedad en que solo tengan cabida los heterosexuales católicos que puedan demostrar que sus ancestros en tercer grado ya habitaban esta península nuestra, que formen una familia en que el hombre se encargue de proveer y la mujer de criar a los hijos...¡Como Dios manda! ¡Que vuelvan los casinos y esa institución tan añorada por algunos de "las queridas"! ¡Enseñemos a los inmigrantes cuál es su lugar, y cuando no podamos seguir explotándolos vilmente, mandémoslos de vuelta a su país! ¡Convirtamos el día del orgullo gay en el día del orgullo "mashote" y tuneemos sus carrozas mariquitas! (visualizadme con los brazos en alto y las cejas puntiagudas de Wyoming).
Ay...

2 comments:

Anonymous said...

Ay...

...

...

...

¡¡¡COMO LE DIJOOOO...!!!

Anonymous said...

You write very well.