Friday, January 05, 2007

The End

Tiró de la sábana y la mujer se incorporó, chillando y sacudiéndose como poseída. Pero la niña era fuerte y aún tenía el cuchillo de su padre; logró sujetar a su abuela lo suficiente para averiguar la causa de su enfermedad. Había un muñón sangriento y que mostraba los primeros síntomas de la gangrena allá donde su mano derecha hubiera debido estar.
La niña se santiguó y gritó tan fuerte que los vecinos la oyeron y acudieron a toda prisa. Reconocieron la verruga como el pezón de una bruja; arrastraron a la anciana en camisón fuera de la casa, sobre la nieve golpearon sus viejos huesos con palos hasta el límite del bosque y la lapidaron hasta que murió.
La niña vive ahora en la casa de su abuela: ha prosperado.

2 comments:

Anonymous said...

Qué fuerte el final, sin palabras.

Por otras partes: si yo fuera caperucita habría aserrado el brazo cual médico en El Laberinto del Fauno (sí, de alguna forma habría encontrado el valor... supongo que surgiría del amor que siento hacia mis abuelos) antes que dejar que los lugareños le apalearan. También preferiría dedicarme al alterne para tener mi propio hogar antes que dejar morir a alguien injustamente sin decir nada :)


PD: menuda crítica a la sociedad que incluyes en el final, ¿eh? ;)

V said...

Cierto. No lo había pensado, pero tienes razón (y no me lo atribuyas, el mérito es de la autora... Me he limitado a traducir). En una sociedad tan cruel, ¿cómo no iba a ser Caperucita una pequeña hija de puta con la sangre fría de un asesino a sueldo, en lugar de una nena indefensa a merced del lobo?