Tras asistir a varios bautizos, y celebrar de forma civil varios nacimientos, he asumido que mis primos genéricos pretenden poner fin a la baja natalidad en España a golpe de embarazo. Mis primeros primitos segundos genéricos (probad a repetirlo en voz alta siete veces) recibieron regalos curiosos y originales, pero ser original resulta caro y he optado por regalarles pijamas a los siguientes. Una tarde a mediados de septiembre, con los pitidos monótonos de las cajas y murmullos consumistas como fondo musical, sostenía un pijamita a rayas en que predominaba un color fresa muy vivo. Como a la personita a quien le pensaba regalar el pijama le quedaban todavía unos meses en el horno (como dirían los ingleses), decidí dejarlo en la percha con las demás prendas diminutas. Ni se me pasó por la cabeza no regalarlo por que fuera rosa, ya que considero que si no lo hubiera elegido conscientemente por las connotaciones culturales que este color tiene en nuestra sociedad, no estaría sino contribuyendo a mantenerlas (hard to read, harder to write). Ahora bien, también asumo que sus padres, educados en una sociedad igualitaria, no van a sumergir a la niña en un océano de rosa (ropita, cuna, ositos rosas, rosa, rosa, rosa...).
Sociedad igualitaria, sí, pero, ¿cuánto? ¿No tenéis la sensación de que estamos dando pasos atrás, tan sutiles que cuesta identificarlos como tales? Anuncios de muñecas: tonos pastel, dulces voces femeninas, varias niñas, solo niñas, cuidando, peinando, vistiendo. Por no hablar del infame juego para consola que daba a elegir a las niñas entre tres opciones de futuro: ser veterinaria, diseñadora... O mamá. Hacía tiempo que un anuncio no me hacía poner el grito en el cielo, sobre todo cuando la empresa que había sacado el juego al mercado se defendió con el argumento de que se habían tomado muy en serio la selección de "profesiones", eligiendo las tres más populares entre las niñas. Está bien que una niña quiera ser diseñadora, no me malinterpretéis. Lo preocupante es que todas las niñas quieran serlo, y que el hecho de que una niña decida que quiere ser transportisa o ingeniera de montes sea considerado algo anormal.
Food for thought:
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Munecas/vez/elpepusocdmg/20101017elpdmgrep_9/Tes..
2 years ago
4 comments:
"Las niñas ya no quieren ser princesas". A caso escuchamos canciones obsoletas? sí, se hicieron en los 80. Estoy de acuerdo con que vamos atrás como el cangrejo. El otro día estaba viendo la tele, un domingo por la mañana, echan la pantera rosa, y en los anuncios... Dios! es que pensé, si tengo hijos cómo los voy a educar? por mucho que yo intente, y les regale "juguetes de los dos sexos" es que era increíble. Todo lo que salía para los niños eran muñequitos de pelea, tipo pokemon y bichos raros, o cosas para hacer bromas de mal gusto, y todo lo que salía para las niñas no sólo era rosa y con estrellitas de brillantina plateada, es que eran cosas para estar mona, las zapatillas no sé qué, el no sé cuál para maquillarse, hasta una nenuca que el objetivo era hacerle mechas y que te las hicieras tú!!!! una nenuca!! que casi era la muñeca estándar No salió ni un sólo anuncio en el que salieran niños y niñas jugando juntos, beuno miento la granja de playmobil.
Yo, como niña, me crié jugando con muñecas, coches, balones, playmobil, juegos de todo tipo, cuentos de leer, de colorear, con todo tipo de juguetes, y me encantaba jugar con la nenuca y la nanci (incluso con la barbie con su vestido rosa de brillantes, aunque esta molaba menos que las otras dos) pero también con mis coches y mis playmobil, y con el micronova (ya apuntaba maneras).
La causa biológica... no me voy a poner mucho con ello aquí, pero somos un conjunto de hormonas, sí lo creo, pero no los hombres son un conjunto de supertestosterona y las mujeres con todas nuestras hormonas sólo sabemos sonreir y ponernos monas, no. No a todos los hombres les gustan las mismas cosas, gracias a Dios (es una expresión y una afirmación) no todos son futbol, coches, tías, peleas, y gracias a Dios, no todas las mujeres somos, qué vestido tan mono, no estás bien depilada, dónde te han hecho ese peinado tan fashion.
Y voy a dejar el tema porque me caliento y puedo llegar a soltar una chapa más infernal de la que estoy soltando.
La solución (parcial) es bien fácil: no encender la tele. Al fin y al cabo, el poco de programación interesante que hay aquí se puede descargar por internet...
Por otra parte, respecto al artículo de El País, la autora cae en el mismo error que aquellos a los que critica: extrapola la posible situación en el mundo anglosajón a toda la humanidad.
Gracias a las dos por vuestros comentarios :)
FB (FreakyBlonde), aunque se refiere a ejemplos que ha encontrado en su entorno inmediato, las teorías a las que se refiere las llevo escuchando años de boca de gente que apoya la segregación por sexo en las aulas. En España, I mean.
Pues yo no los he oído, pero tampoco es que haya estado mucho "por aquí" o relacionándome con la muchachada...
Triste, muy triste.
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