Monday, February 18, 2008

Detalles estúpidos

Antes de contar una anécdota, suelo llamar la atención de mi interlocutor sobre dos puntos: primero, nunca recuerdo mis fuentes (puedo haber leído la historia en la revista Muy Interesante, o puede que haya surgido en una conversación insustancial con mi vecino en el portal, o tal vez la he escuchado de boca de un alumno al pasar por el seminario) y segundo, mi memoria va por libre y le encantan los pequeños detalles sin importancia. Esto último se aplica también a los libros que leo. Ahí van unos ejemplos:

De La Historia Interminable (M. Ende):
La letra de la cancioncilla que le cantan a Bastián B. Bux sus compañeros de clase (bullies!). La traducción, para ser exactos.
Gordo, gordote,
sentado en un bote.
Si el bote se hunde,
el gordo se funde.
¡Bueno está que abunde!

De El Gran Gatsby (F. S. Fitzgerald):
El exprimidor eléctrico de naranjas que se entraba en la cocina de la mansión de Gatsby. Exprimía una naranja cada vez que un mayordomo oprimía un botón.

De La Ciudad y los Perros (Mario Vargas Llosa):
Teresa le teje a uno de los protagonistas una chompa color canela.

Aunque haya olvidado los nombres de los personajes, el argumento, el contexto histórico y social y hasta el desenlace, estas pequeñas estupideces permanecerán en mi memoria para siempre.

2 comments:

Anonymous said...

Más detalles estúpidos:

De la historia interminable:

Todo una vez solamente acontece
y una vez sí deberá suceder
lejos, donde el campo florece
debo morir y desaparecer.

La verdad es que me suelo acordar más o menos de los argumentos. Acaso de nombres pero nunca fechas, y detalles absurdos que pueden permanecer incrustados años y años.

Me acuerdo del número de teléfono de una tía a la que nunca veo ni nunca llamo, y no del mío propio...

No recuerdo ningún cumpleaños pero recuerdo perfectamente una matrícula de un coche que hace 15 años me dijeron que memorizara (LE 7742 BH) por pertenecer al coche del entrenador de la ponferradina (y como aborrezco en fútbol, hice todos los intentos posibles por no acordarme, pero en vano).

¡Incluso olvido cosas de mi propia vida!

Bueno, un saludo a todos.
Chauuuu

V said...

Los misterios de la mente humana... Cualquier día nos lee Íker Jiménez y salimos en un especial de Cuarto Milenio.