Logró quedar con ella tras muchas excusas y citas canceladas. Apagó el móvil, la obligó a hacer lo mismo, captó el ligero temblor de sus manos nerviosas, puso una cafetera al fuego y sacó dos tacitas desportilladas. Se sentó frente a ella y la miró largamente, más de un minuto.
- ¿Vas a contarme cuál es el problema?
Como buena gallega, le respondió con otra pregunta.
- ¿De cuántas horas dispones?
2 years ago