Friday, December 30, 2011

2011: Retrospectiva

Inspiro (soy respiración, no soy nada más, soy respiración... ).
Sé que teméis que deje salir a esa bestia depresiva que se alimenta de chocolate y llena su cubículo de kleenex... (s?) usados, que muy a mi pesar llevo dentro y que en cuanto me descuido me coloniza cual Imperio Británico decimonónico en expansión... Hmmm... Recuerda a un caso de posesión demoníaca, aunque mi particular niña del Exorcista viste con bata de cuadros y se deja vencer por la autocompasión y llora por las esquinas y piensa que a veces todo esto merece la pena pero que ella está metida en una sucesión de días en que nada le sale bien, sin visos de cambiar en un futuro próximo, aunque eso sí, la culpa es suya, y solamente suya... Y etc. Eso sí, la niña del Exorcista y mi bestia depresiva comparten estilista (peinado y ojeras).
Pero, y gracias a dios(a), siempre suele haber un pero, para no caer en el tópico (o lugar común, frase que significa EXACTAMENTE lo mismo y se ha puesto de moda en los medios no hace mucho), me limitaré a lo bueno:
- en enero, escapada a Lugo; acabó en una bruma alcohólica y mi primera resaca (yep... So sad), pero ¡qué diablos!
- mis alumnos de clases particulares; excepto una, los demás mejoraron sensiblemente (y se lo pasaron bien... La mayor parte del tiempo)
- mis alumnos de clases no particulares y su paciencia con mis lagunas en Lengua Castellana y su Literatura
- en julio, cena en casa de R, y M-M grabando en precario (y, sin embargo, encantador) stop-motion
- en septiembre, festival mirandés; Vetusta Morla y la atmósfera electrizante que activan con su música en directo
- en octubre, concierto en Ponferrada; Vetusta Morla y la atmósfera (etc.)
- traslado a Madrid; trabajo hasta junio (pese a la desasosegante sensación de que no estoy aprovechando mi estancia en la capital al máximo... Ni mi tiempo, puestos a confesar)
- mi familia
y,
- todos y cada uno de los minutos que he pasado en compañía de mis amigos.
(respecto a lo malo, que ha sido mucho y muy repartido - como una lotería perversa-, me contentaría con que no me cambiase en esencia; que me deje un espacio para la sonrisa; que no me obligue a dejar de confiar en que, con esfuerzo y tiempo, las cosas cambiarán para mejor... Algún día).
Y espiro (soy respiración, no soy nada más, soy respiración)...

Tuesday, October 25, 2011

Raybradburiana me acuesto...

Se le había quedado enredada aquella hermosa cita de Ray Bradbury: "Salta desde el precipio y aprenderás a desplegar las alas mientras caes". Aquella noche soñó que el suelo se acercaba a velocidad vertiginosa mientras trataba de estirar los brazos.
Wish I were good at jumping.

Friday, September 09, 2011

La mujer de Lot

Estoy leyendo Gomorra, de Roberto Saviano, aunque tal vez sería más correcto decir que estoy a un párrafo de acabar Gomorra, de Roberto Saviano. El libro es... Intenso. E irregular, pese a todo el bombo que se le dio con la película del mismo nombre; Saviano desborda talento cuando narra la historia personal de las víctimas, y a veces roza lo poético, pero en mi opinión pesa demasiado el aspecto documental. Te pierdes entre nombres de organizaciones, suborganizaciones, agrupaciones, sistemas, por no hablar de los capos, los killers, los arrepentidos y sus complejos vínculos de traición y fidelidad. En muchos sentidos, la novela te abre los ojos y te llena el estómago de indignación (y a veces puro asco), una dieta a la que me pregunto si terminaremos por acostumbrarnos. Gomorra se titula así por un texto panegírico que alguien escribió en honor de una de las víctimas de la Camorra. Comparaba su pequeña ciudad italiana con Gomorra, el sitio en que reinó el horror y el fuego mientras todos le daban la espalda, y también animaba a sus conciudadanos a volverse y denunciar, aunque eso supusiera acabar convertido en estatua de sal. Comparar Gomorra con un lugar de perdición cualquiera es tan manido que ni me paré a analizarlo pero en el pequeño texto en homenaje del amigo asesinado (que el autor no llegó a leer en su funeral por miedo a las represalias), llama la atención esa reivindicación de la figura de la mujer de Lot.
Entre los vagos recuerdos de mi temprana educación católica, la mujer de Lot es poco más que una extra bastante gris que merecía siempre un pequeño gesto de humorística reprobación por parte del sacerdote (ya os lo imagináis: meneo de cabeza, "¡Estas mujeres!"). Es el epítome de la mujer curiosa, una Eva a pequeña escala, que desobedece el mandato de Dios y por eso es castigada. Pero incluso a la tierna edad de... ¿Ocho, diez años?, me parecía un castigo desproporcionado y cruel por un acto tan humano como volverse a mirar. De hecho, conservo un recuerdo particular en rutilante technicolor de los 50, la escena de una película en que recreaban el momento en que la mujer se volvía y quedaba convertida en un pilar informe de sal, que barría a continuación el viento del desierto. Saviano me ha obligado a replantearme la interpretación de la mujer curiosa que desobedece a su marido y, por ende, a Dios mismo. Quiero decir, meses después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Lot y sus hijas vagan por el desierto, atormentados por la soledad, y ¡Ba... boom! Incesto. Creo que Dios los castiga también, sin llegar, eso sí, al ingenioso sadismo del que acaba de hacer gala con la mujer de Lot. Seducir a tu padre/mantener relaciones sexuales con tus hijas, en este pasaje del Antiguo Testamento, es menos grave que girar 180º y echar un vistazo.
Se ha simplificado la dimensión del gesto de la mujer de Lot. El Dios del Antiguo Testamento, Yahvé, es un dios poderoso y vengativo, que protege a los suyos solo si le demuestran fe ciega. No permite que sus seguidores pongan en duda sus decisiones. He takes no shit. La monstruosa e imperdonable falta de los ciudadanos de Sodoma y Gomorra consiste en haber dejado de adorar a Yahvé. Un dios con una autoestima saludable les habría dado la espalda sin más. Yahvé no. Y que una mujer se atreva a volverse y contemplar su vengativa destrucción, que se convierta en testigo y sienta incomprensión y horror, que sea capaz de denunciar - que ponga en duda la grandeza y la infalibilidad de Yahvé-, es lo que no puede quedar sin castigo.
En cualquier ámbito, quienes están convencidos de estar actuando en nombre de una entidad superior, sea esta una idea de estado, una nación o un dios, temen y odian a los que se atreven a volverse. Porque ese es el germen del cambio.

Sunday, August 21, 2011

The Greedy People

Había escrito hace días un largo -creedme, muy largo- post sobre el estado de la economía global desde mi humilde y muy poco informada posición pero con cada noticia que escucho/leo, me identifico más con Bart Simpson en ese episodio de una de las primeras temporadas en que sueña con comprarse el cómic número uno del Hombre Radioactivo. Recordaréis que Marge le encuentra un trabajo como chico para todo de una amable y bastante grillada ancianita que le hace arrancar las malas hierba del jardín a mano y sin guantes, limpiar los canalones también a mano y sin guantes, lavar su traje de luto y mil tareas más que siempre acababan con la señora aplicando yodo a las heridas de Bart. Al final de la semana toca día de paga y Bart recibe treinta centavos, o tal vez medio dólar, por lo que la señora le exige que le dé las gracias; esto lleva a Bart a explotar en más o menos las siguientas líneas:
- ¡Oiga, señora, puedo irme de aquí sin gritar, puedo irme de aquí sin insultarla, pero encima no espere que le dé las gracias!
Señores banqueros, puedo soportar que traten de echar balones fuera culpando de la situación a los ciudadanos que "vivíamos por encima de nuestras posibilidades" (who? Me?), pese al hecho de que sus instituciones hayan sido rescatadas con dinero público, o que justifiquen expropiar a los hipotecados sin eximirles de terminar de pagar la hipoteca. Pero no esperen que les dé las gracias.
Señor... Para proteger su intimidad, le llamaré Cario Monde, puedo soportar que el a veces estúpido y desfasado sistema legal español considere que ha pagado su deuda con la sociedad y que, por tanto, pueda conservar sus cientos de millones, y ocupar páginas y páginas de papel couché desde donde se permite dar lecciones de vida desde una supuesta superioridad moral. Pero no espere que le dé las gracias.
Y señores políticos, puedo soportar que enseñen la patita y comenten la necesidad de "moderación salarial" (necesidad que han adelantado políticos tanto del PP como del PSOE), mientras siguen subiéndose los sueldos y disfrutando de sus privilegios, a pesar de la nefasta gestión de la crisis tanto a nivel estatal como regional. Pero no esperen que les dé las gracias.



Wednesday, July 27, 2011

It's complicated

Logró quedar con ella tras muchas excusas y citas canceladas. Apagó el móvil, la obligó a hacer lo mismo, captó el ligero temblor de sus manos nerviosas, puso una cafetera al fuego y sacó dos tacitas desportilladas. Se sentó frente a ella y la miró largamente, más de un minuto.
- ¿Vas a contarme cuál es el problema?
Como buena gallega, le respondió con otra pregunta.
- ¿De cuántas horas dispones?

Monday, June 20, 2011

Retiro espiritual

Un día descubrió que llevaba tanto tiempo haciendo caso a los demás que ya no escuchaba su voz interior y decidió regalarse un retiro en medio de la nada con el propósito de volver a sintonizarla. La tercera noche en su cabaña se dio cuenta horrorizado de que, en realidad, no tenía nada que decirse.

Thursday, June 02, 2011

Acampados

Cada vez que pongo en duda la dimensión y el alcance real de sus acciones me siento como una perra. Literalmente. Y como una perra hipócrita, además, porque me permito criticar lo que considero que no funciona en el sistema, pero hasta ahora no he agarrado el saco de dormir ni me he plantado en la plaza del Ayuntamiento en Ponferrada para demostrar que esta situación ha rebasado el límite de mi (pequeño-burguesa) paciencia. Así que sí. ¿Valientes? Sí. ¿Movilización por fin? Sí, por favor, sí. ¿Debemos estarles agradecidos por hacer visible el descontento de cinco millones de parados, más los pensionistas que comen arroz y pasta todo el mes, más los funcionarios con el sueldo rebajado, más los propietarios de hipotecas a punto de perderlas (lo que no les eximirá de la deuda), más los trabajadores en el limbo de los ERES temporales, más los becarios que coleccionan másters y cobran doscientos euros? Sí, definitivamente sí, y quien no lo entienda carece de conciencia social.


Sí a todo. Sí, pero...


Las nuevas redes sociales, que han multiplicado por mil el poder de convocatoria de los grupos de protesta, constituyen un arma de doble filo. Les han dado alas por la inmediatez y la velocidad de propagación, pero les lastran por lo que implican: la carencia de una voz unívoca y una cabeza visible que ponga orden en el magnífico caos de las plazas, con esa mezcla de padres jóvenes y adultos desencantados, estudiantes, parados que ofrecen sus servicios y ancianos que se acercan a dejarles comida y demostrar su simpatía. En apariencia, la organización de los campamentos es impecable, con turnos de limpieza, talleres y guarderías. Supongo que con el fin de no dar excusas para el desalojo, se preocupan de mantener el orden en el día a día. Pero (y van dos), ¿dónde conduce todo esto? Más allá de haberse hecho por fin visibles (y, no lo olvidemos, dar ejemplo a jóvenes de toda Europa), ¿cuáles son sus planes a largo plazo? ¿Seguir en las plazas indefinidamente? Si no quieren perder el apoyo popular, ha llegado el momento de plantear alternativas: manifestaciones, plataformas, protestas organizadas... La creación de un partido político que encauce todo ese malestar y suponga una alternativa real para llevar a cabo los cambios que exige la ciudadanía. Que saboteen el sistema desde dentro, cargándose el bipartidismo que ha vuelto tan cómodos a nuestros políticos, pero que participen del juego democrático (¿qué han logrado con la llamada a la abstención?).

Desde que escribí lo anterior han pasado unos días. He leído en una carta al director del diario Público que el fenómeno de multiplicidad de propuestas al que me refería se denomina atomización; el autor de la carta compartía muchas de mis dudas y, es de suponer que, si se la publicaron, los editores del periódico consideraban que su interpretación de los hechos era acertada. Muchos acampados han abandonado la plaza por agotamiento o la falta de cohesión de los organizadores. Cada día se habla menos de Sol y de la Plaza Catalunya. Los de Ponferrada levantaron el campamento este lunes.
Y parece que, pese a todos los esfuerzos de los chicos del 15-M, cala entre la población española la noción de que un político que crea empleo (léase construcción salvaje), y que crea empleo a costa de lo que sea, pasándose por el forro las leyes de protección ambiental, las leyes sobre la seguridad de los edificios (a las imágenes de Lorca os remito), y toda ley que le impida imponer su voluntad destructivo-constructora, goza de una patente de corso que le permite aceptar sobornos por parte de promotores inmobiliarios sin temor a que la justicia pueda intervenir. Porque eso, señores, no es corrupción: es política. Y si no, pregúntenles a los italianos.
Recuerdo la cita de un estudiante que participó en las protestas de mayo del 68: "Levantamos los adoquines pensando que debajo estaba la playa, pero nos encontramos más adoquines". Pesimismo aparte, estoy segura de que la clave no está en dar con la playa, sino en levantar los adoquines.

Sunday, May 01, 2011

Criaturitas...

(Una tarjeta en la que una lectora adolescente anima a otros miembros de su tribu, encontrada en una librería -cadena de-, que ni siquiera con sus colores pastel y sus cómodos sillones logra disimular el aire impersonal de las franquicias):
"Este libro sí que es impresionante:
¡¡¡Bichos - homosexuales - amor prohibido!!!"
Después de magos, vampiros y hombres lobo, ¿habrá llegado el momento de los homosexuales?

Wednesday, March 30, 2011

Lobos

El tema llevaba rondándome un par de semanas y, si mi estado de ánimo hubiera sido otro, habría encontrado el momento y las fuerzas para escribir y sacármelo por fin de la cabeza. De niños, ¿nunca probasteis a calcar un dibujo por el primitivo - y pese a ello, efectivo- método de sujetar una hoja de papel frente a la imagen y apoyar ambas en una ventana? Simple solo en teoría, porque los codos y las muñecas empezaban a chillar de dolor al poco tiempo, y te rendías y acelerabas el proceso, despreocupada ya de las posibles imperfecciones. El resultado final dependía del tiempo que hubieras soportado la incómoda postura, pero en la mayoría de los casos, mis calcos dejaban mucho que desear, y mis trazos nunca coincidían del todo con los límites de las formas que pretendía copiar. ¿Y esto viene a cuento de...? De que es justo así como me siento. Trato de recordar las palabras que creía que me definían no hace tanto y descubro que no se ajustan a la realidad - que sí, es cambiante y fluida, pero si carecemos de un "yo" desde el que interpretarla, las cosas se ponen realmente feas. Quiero decir que me siento como si tratara de calcar a la persona que me gustaría ser y descubriese que mi copia no le hace justicia. Metáforas rebuscadas aparte, dos lobas han escapado hoy de su recinto en el Zoo de Barcelona y una de ellas ha campado a sus anchas por allí unas horas. Esa noticia me ha recordado una anécdota que suele contar mi abuela y que hacía tiempo que quería compartir aquí. Conocemos a nuestros abuelos cuando enfilan el último tramo y tendemos a pensar que la placidez con que viven sus días -salvo excepciones, sí- ha sido la pauta de su vida. Que siempre, incluso en esas fotos en blanco y negro desde las que dos jóvenes desconocidos nos sonríen, han sido unos ancianos amables. Hasta que un día descubres que esos ancianitos de vida dulce y monótona tienen una historia no tan dulce. Que tu abuelo, con catorce años si los había cumplido entonces, viajó solo más de cien kilómetros hasta una ciudad donde tuvo que hacer noche para realizar unas gestiones. Entre permitir que fuera su hijo de catorce años o dejarlo a él, a su madre y a sus hermanos pequeños a merced de unos falangistas que aparecían cada noche a abrirles la puerta de casa, por si los fugados buscaban refugio allí, mi bisabuelo optó por el mal menor. O que tu abuela pasó su infancia y parte de su juventud trabajando como pastora. Y que (aquí comienza la anécdota), siendo todavía una niña muy pequeña, sentada en un prado en medio del monte, un lobo se acercó y se llevó un cordero entre las fauces. Podría haberse quedado paralizada de miedo, que es la emoción a la que yo habría sucumbido, pero a mi abuela le pesó lo que supondría perder un cordero en casa, de modo que se levantó, cogió unas piedras y se puso a seguir al lobo. A este le había podido más la gula que el instinto, y el peso del cordero le impedía huir con la rapidez habitual. Así que unos cuantos metros después -imaginaos la escena: el lobo huyendo con el corderito entre las fauces y una niña pequeña y ceñuda siguiéndolo desafiante-, el lobo se rindió y dejó ir al cordero. La primera imagen que guardo de mi abuela es agarrando a un conejo, matándolo de un golpe en el cuello y despellejándolo en menos de un minuto. Fue muy inteligente por parte del narrador subrayar el detalle de que la abuela de Caperucita estaba enferma. Porque de no haberlo estado, el lobo habría acabado siendo una decorativa alfombra a los pies de la cama de la abuelita.

Thursday, January 06, 2011

W. A. M.

Tosió y las gotas de sangre salpicaron la partitura. Molesto, iba a desechar el papel cuando descifró lo que parecía un enmarañado sinsentido. Cogió la pluma. Desde ese momento no le cupo duda de que el Requiem que componía era el suyo.