Monday, June 20, 2011

Retiro espiritual

Un día descubrió que llevaba tanto tiempo haciendo caso a los demás que ya no escuchaba su voz interior y decidió regalarse un retiro en medio de la nada con el propósito de volver a sintonizarla. La tercera noche en su cabaña se dio cuenta horrorizado de que, en realidad, no tenía nada que decirse.

Thursday, June 02, 2011

Acampados

Cada vez que pongo en duda la dimensión y el alcance real de sus acciones me siento como una perra. Literalmente. Y como una perra hipócrita, además, porque me permito criticar lo que considero que no funciona en el sistema, pero hasta ahora no he agarrado el saco de dormir ni me he plantado en la plaza del Ayuntamiento en Ponferrada para demostrar que esta situación ha rebasado el límite de mi (pequeño-burguesa) paciencia. Así que sí. ¿Valientes? Sí. ¿Movilización por fin? Sí, por favor, sí. ¿Debemos estarles agradecidos por hacer visible el descontento de cinco millones de parados, más los pensionistas que comen arroz y pasta todo el mes, más los funcionarios con el sueldo rebajado, más los propietarios de hipotecas a punto de perderlas (lo que no les eximirá de la deuda), más los trabajadores en el limbo de los ERES temporales, más los becarios que coleccionan másters y cobran doscientos euros? Sí, definitivamente sí, y quien no lo entienda carece de conciencia social.


Sí a todo. Sí, pero...


Las nuevas redes sociales, que han multiplicado por mil el poder de convocatoria de los grupos de protesta, constituyen un arma de doble filo. Les han dado alas por la inmediatez y la velocidad de propagación, pero les lastran por lo que implican: la carencia de una voz unívoca y una cabeza visible que ponga orden en el magnífico caos de las plazas, con esa mezcla de padres jóvenes y adultos desencantados, estudiantes, parados que ofrecen sus servicios y ancianos que se acercan a dejarles comida y demostrar su simpatía. En apariencia, la organización de los campamentos es impecable, con turnos de limpieza, talleres y guarderías. Supongo que con el fin de no dar excusas para el desalojo, se preocupan de mantener el orden en el día a día. Pero (y van dos), ¿dónde conduce todo esto? Más allá de haberse hecho por fin visibles (y, no lo olvidemos, dar ejemplo a jóvenes de toda Europa), ¿cuáles son sus planes a largo plazo? ¿Seguir en las plazas indefinidamente? Si no quieren perder el apoyo popular, ha llegado el momento de plantear alternativas: manifestaciones, plataformas, protestas organizadas... La creación de un partido político que encauce todo ese malestar y suponga una alternativa real para llevar a cabo los cambios que exige la ciudadanía. Que saboteen el sistema desde dentro, cargándose el bipartidismo que ha vuelto tan cómodos a nuestros políticos, pero que participen del juego democrático (¿qué han logrado con la llamada a la abstención?).

Desde que escribí lo anterior han pasado unos días. He leído en una carta al director del diario Público que el fenómeno de multiplicidad de propuestas al que me refería se denomina atomización; el autor de la carta compartía muchas de mis dudas y, es de suponer que, si se la publicaron, los editores del periódico consideraban que su interpretación de los hechos era acertada. Muchos acampados han abandonado la plaza por agotamiento o la falta de cohesión de los organizadores. Cada día se habla menos de Sol y de la Plaza Catalunya. Los de Ponferrada levantaron el campamento este lunes.
Y parece que, pese a todos los esfuerzos de los chicos del 15-M, cala entre la población española la noción de que un político que crea empleo (léase construcción salvaje), y que crea empleo a costa de lo que sea, pasándose por el forro las leyes de protección ambiental, las leyes sobre la seguridad de los edificios (a las imágenes de Lorca os remito), y toda ley que le impida imponer su voluntad destructivo-constructora, goza de una patente de corso que le permite aceptar sobornos por parte de promotores inmobiliarios sin temor a que la justicia pueda intervenir. Porque eso, señores, no es corrupción: es política. Y si no, pregúntenles a los italianos.
Recuerdo la cita de un estudiante que participó en las protestas de mayo del 68: "Levantamos los adoquines pensando que debajo estaba la playa, pero nos encontramos más adoquines". Pesimismo aparte, estoy segura de que la clave no está en dar con la playa, sino en levantar los adoquines.