Víspera de Todos los Santos. En aldeas perdidas de Galicia los viejos alzan la vista hacia el monte que se cierne sobre las casitas arracimadas y se persignan antes de murmurar una oración por la salvación de las ánimas de la Santa Compaña, que en su limbo frío y desapacible disponen sus candiles para la salida de esta noche. En México los cementerios se llenan de flores y adornos de plástico y papel en una algarabía de colores a la que en unas horas se sumarán las velas, el licor y la comida y el bullicio de los que acuden a celebrar esa fiesta con los suyos (ejemplo de sincretismo entre el antiquísimo culto azteca y el católico de los conquistadores... Una vez superado el choque irracional, salieron los dioses aztecas a hurtadillas de sus altares destrozados y encontraron refugio en las iglesias españolas ... Y hasta hoy). En Cacabelos, alrededor de un buen fuego, mis abuelos y tíos les quitarán el polvo a las historias de siempre mientras una mano encallecida y de nudillos gruesos como raíces de vid da vueltas sin descanso al tambor de las castañas. Y cada vez que uno de los frutos estalle, alguien recordará que un alma ha dejado el purgatorio para entrar en el cielo.
Pasadlo bien, celebradlo de alguna manera creáis o no. Besos.
1 year ago
1 comment:
No sé por qué pero me he acordado de cuando era pequeño y en casa de mi abuelo teníamos que pasar toda la noche en la cocina (el único sitio donde había calor), de mi tía o las vecinas yendo a la casa en bata y con las zapatillas de andar por casa, aunque tuvieran que andar un par de calles, de los madreños que había antes de salir al patio en dirección a las cuadras, de la pila de piedra donde se lavaba la ropa con jabón Lagarto, que siempre estaba allí encima... y por colación me han venido a la mente también las casas de mis bisabuelas en el otro pueblo, una siempre haciendo ganchillo en el pequeño salón de la casa (que sólo tenía tres estancias) y la otra sentada en su mecedora en el piso de arriba, haciendo gruñir el suelo de madera... cuánto ha cambiado todo en veinte años... y qué de recuerdos (todos buenos) me vienen de aquella primera etapa infantil...
Ahora una de esas casas (la más pequeña) es nueva, de ladrillo, con tres plantas... y es curioso que no sé quién vive en ella a pesar de que pega puerta con puerta con la de mi abuela. La casa de mi otra bisabuela sigue en pié, durante un tiempo fue un restaurante, pero ahora está abandonada... ufffff (suspiros de España y olé) ¿Qué será de "LOS PUEBLOS" (en mayúsculas y con letras bien grandes) dentro de otros veinte años? Si la mayoría de tradiciones y de las peculiaridades que hacían a los pueblos especiales ya se han perdido ahora... ¿conservaremos nosotra generacion lo poco que les queda?
Por cierto, yo el Jalowin lo he celebrado (sin pensarlo) de la mejor forma que podía hacerlo... dándome un respiro :)
Besos doctoriles
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